No estaba muerto, estaba de parranda.
Mis condenados y pocos lectores. El infiernito estuvo en el olvido por bastante tiempo, pero como el infierno no se construyó en un día, este se anima y se remodela cada año bisiesto para brindarle lo mejor al lector interesado en cuanto a ortografía, sarcasmo, (mal) humor, mala redacción, blasfemias y demás estupideces que sólo su autora podría escribir y publicar en un blog barato en internet, ayayayaya. Demasiadas cosas han pasado desde el último post, y si pudiera recordar todas escribiria demasiado, más de lo normal y ni ustedes ni yo tenemos tiempo, luego se quejan y les da weba leer, asi que trataremos de recordar y escribir sobre lo más relevante, sobresaliente y notable en los dias de vida que ya se me fueron, como el haber terminado la licenciatura. Ya tenemos la carta de pasante y sólo resta completar las mil horas del servicio social. En mi caso, logré poder hacerlo, a través de un convenio entre mi universidad y una de Argentina, en Buenos Aires. ¿Por qué?... Por que sí