¡Catafixiame la vida!

No estoy en casa y me puse a platicar conmigo y me caí mal. Me di cuenta que soy una desesperada y me di asco. Descubrí que soy una prángana y me di lástima.

No me pude contestar el porqué siempre tiendo a lo complicado cuando soy una persona que no puede controlarse. He vuelto a sentir nervios después de tanto tiempo, acompañados por una cucharadita de desesperación, coraje... me volví a sentir una persona no tan importante. Odio los momentos en los que mi corazón palpita caprichoso, pidiendo que haga algo, lo que me obliga a presionar o a mandar todo a la chingada, sabiendo que no es el mejor camino... y así, cambiandome de banqueta a cada rato. Se perturbó la sensatez que alguna vez me sacó de tanto problema. El pasado no me atormenta, es mi futuro falaz el que me tortura, la ardilla dentro de mi cabeza es la que juega conmigo y me alborota cada vez que puede... porque yo no la puedo controlar.


No puedo desahogarme completamente con nadie, sólo yo, tengo tantas cosas que me abruman. Es como si me viera en la televisión, dentro de un reality show, esperando nada más a ver qué pasa, porque también hay muchos elementos de mi vida que yo no puedo renovar.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¡Qué basura!

Apocalipsis a domicilio, y Jueves de 2x1

Textos bipolares sobre amor. Toma 2